(Publicada originalmente en junio de 2009 acá)
Nociones
básicas de orientación en medio de la cordillera de los Andes indican
que la cara sur de los cerros y montañas es la que tiene más vegetación,
más humedad, y a más altura, más hielo. Si es que te encuentras
perdido, no tienes brújula y está nublado, mirando la cara de las
montañas puedes saber para dónde está el norte, y para donde el sur, y
así emprender el camino de regreso. Para quienes gozan con mirar el
mundo desde las alturas y estar un poco más cerca del cielo, los
desafíos que ofrece la cordillera de los Andes en el hemisferio sur, son
más desafiantes todavía si se hacen desde la cara sur: las grietas del
hielo, el viento gélido y las cornisas más encrespadas también conducen a
la cima. Me llama la atención como desde hace un tiempo a esta parte
proliferan en nuestras latitudes artículos deportivos de una prestigiosa
marca, North Face ¿por qué lleva ese nombre? Es que en el hemisferio
norte ocurre exactamente al revés que por acá: es la cara norte de los
montes la que es más difícil de subir (Así como el agua del escusado
gira para el otro lado).
Los
países en desarrollo nos caracterizamos por importar muchas cosas desde
los más avanzados, en particular tecnología, automoviles, todo tipo de
manufacturas. Junto con los bienes, debiéramos intentar importar también
el conocimiento y la técnica para producirlas, o al menos para
adaptarlas a nuestra disímil realidad. Anhelamos ser cómo son los del
norte, y por tanto intentamos hacer lo que ellos han hecho para llegar
adonde están ¿Es esto posible? ¿Por el mismo camino que han andado allá?
Dándole una vuelta más al asunto, podríamos preguntarnos ¿Qué otras
cosas importamos? ¡Palabras! Por ejemplo, nos han enseñado a hablar de
recursos humanos, no ya de personas... ¡Metodologías! Hemos aprendido a
medir estadísticamente la pobreza, a clasificar a las personas según su
ingreso y capacidad de consumo... ¡Nuevos sistemas! Mirando hacia otras
partes hemos soñado un sistema de transporte eficiente, ágil y
puntual... ¿Cuál es el desarrollo que soñamos? ¿Habrá directa
correlación entre al aumento del PIB y el de la felicidad?
Esta polaridad entre el norte y el sur Benedetti la trata muy bien: "con sus predicadores, sus gases que envenenan, su escuela de chicago, sus dueños de la tierra, con sus trapos de lujo, y su pobre osamenta, sus defensas gastadas, sus gastos de defensa, con su gesta invasora el norte es el que ordena... pero aquí abajo abajo, cada uno en su escondite, hay hombres y mujeres que saben a qué asirse, aprovechando el sol y también los eclipses, apartando lo inútil y usando lo que sirve, con su fe veterana, el sur también existe".
Sin tanto pataleo, nos guste o no, la cultura hegemónica es la que viene de por allá lejos. Las
pilchas de la marca que comentamos son de muy buena calidad... pero
ojo, no vaya a ser que por tragarnos todo el cuento, en el momento del
desafío, la duda o la desorientación, partamos justo para el lado
equivocado. Para quienes tienen la posibilidad de conocer, de estudiar, y
de formarse, tomando en cuenta las mejores prácticas de otras partes
del planeta, el desafío es adaptarlas creativamente a lo que se vive y
se sueña por acá. El espacio de las mesas de trabajo en que dirigentes
de los campamentos, profesionales y voluntarios de Un Techo para Chile,
codo a codo, semana a semana, se devanan los sesos para sacar adelante
los proyectos de vivienda, es una muy buena escuela para ensayar estas
formas creativas: tenemos mucho que aprender.