domingo, 10 de octubre de 2010

Alerta, Alerta, Alerta que camina...

(Publicado originalmente el 10 de octubre de 2010 acá)

Video Cierre ELA 2010

"Alerta, alerta, alerta que camina, la juventud unida por América Latina”. Emocionantes gritos de entusiasmo, llenaron las calles que unen el Parque O’higgins con el Paseo Bulnes, al frente del Palacio de la Moneda, en Santiago de Chile, el pasado viernes 1 de octubre. Eramos unos 3000 jóvenes, provenientes de 19 países, reunidos en el V Encuentro Latinoamericano de Un Techo para mi país. Lamentablemente (o afortunadamente, tal vez), más allá de los automovilistas que a esa hora intentaban circular por las anchas alamedas y que se vieron obligados a cultivar la virtud de la paciencia, poco salió en los medios de comunicación masiva. Ante el palacio de Gobierno traíamos en andas unos modelos a escala de una mediagua, una sede TET[1], y un par de Viviendas Definitivas: queríamos pedirle al Gobierno de Chile que se comprometiera a acabar con los asentamientos[2], y a los Gobiernos de nuestros países, decirles que esto era posible, que contaran con nuestras vidas entregadas por esta causa. Una y otra vez se repitió también la importancia del rol de los dirigentes de los asentamientos. Cecilia Castro, presidenta de la Corporación de Dirigentes También Somos Chilenos, nos invitaba a no hacerle la pega (así le decimos en Chile al trabajo) a los dirigentes de campamentos, sino a trabajar junto con ellos.

“Alerta, alerta, alerta que camina…”. Poco salió en los medios de comunicación masiva. El día anterior hubo un intento de golpe de estado en Ecuador, lo que hizo que la delegación de ese país se viera reducida, a los pocos que pudieron llegar los recibimos como héroes… además el Presidente Piñera tuvo que partir de urgencia a Buenos Aires, a reunión de la UNASUR, así es que  no pudo estar en el acto inaugural del Encuentro. Nos tuvimos que contentar con un emotivo video de nuestra presencia desparramada por los cerros y valles de nuestro continente; con las palabras de Claudio Castro, director social de UtpmP; y de Pato Dominguez, de UtpCh, y de Cecilia Castro; luego vino el izamiento de las banderas por parte de algunos de los embajadores de los países junto a los directores sociales; luego las palabras de Cristián del Campo, capellán de UtpmP, UtpCh, TSCh, en español, creol y portugués; ¿Y el viernes? A la misma hora de nuestra marcha triunfal por el centro de Santiago, y del concierto de Los Jaivas, se supo del fin de la huelga de hambre que por más de 2 meses llevaba un grupo de comuneros mapuche recluídos en distintas cárceles del sur del país. No aparecimos en la tele. Al día siguiente poco aparecimos en los diarios. Sin medios… ¿no existimos?.

“La juventud unida por América Latina”. El sábado en la mañana se desgranó el choclo… por  fin nos mezclamos de los distintos países participantes, y en grupos de entre 15 a 45 personas partimos a compartir el día, el almuerzo y algún trabajo comunitario, a alguno de los campamentos o barrios donde el Techo echa una mano. Yo estuve en el campamento Ochagavía, en el límite de San Bernardo con El Bosque, junto con voluntarios de Bolivia, Guatemala, El Salvador, Colombia, Perú, México, Brasil, Argentina, Paraguay, Ecuador, Costa Rica, hasta uno de Alemania. Nos esperaba la presidenta del comité, Elsa, junto al resto de la directiva. Después de presentarnos y de constatar que conocíamos bien poco de los demás países, almorzamos pollo con arroz y ensaladas, en la sede del comité. Durante el día pintamos junto a miembros del Club Deportivo Renacer de Ochagavía un mural con su logo, además de jugar con ellos un partido de fútbol a beneficio por uno de los vecinos del campamento que sufrió un accidente hace algunas semanas. A la hora en que se ponía el sol fuimos de visita al vecino Barrio Los Cristales de Ochagavía, a conocer las viviendas definitivas de algunas familias que hasta hace poco vivían en el campamento, cruzando la calle. De vuelta al campamento compartimos la once[3], y luego nos reunimos en torno a una fogata, para compartir las impresiones del día, y los desafíos que veíamos para adelante. Cada uno de los que ahí estábamos pudo expresar su sentir: algunos se alegraban por la acogida brindada por los dirigentes y familias durante el día; otros se mostraban impresionados por la realización de la 3ª etapa[4]; otros por la oportunidad de conocer la mirada y costumbres de cada uno de los países; otro por haber visto en terreno la implementación de la habilitación social, por el trabajo de los tutores de educación que estuvieron en la mañana; otro por el regalo de ver la cercanía que existe entre los voluntarios y profesionales de Techo y las familias y dirigentes del campamento; otro por reconocer que a veces levantamos banderas de cada nación y que sería interesante levantar una sola bandera de todo el continente que ponga el grito en el cielo, y manos a la obra, para superar de una vez por todas la exclusión y la miseria;… y siguió largamente la conversa, luego coronada con el canto de cada uno de nuestros países, cantos nuevos y viejos que nos hacían reconocernos pisando el mismo suelo, alumbrados por el mismo sol.

“La juventud unida”. Ya pasada la una de la mañana, nos fuimos a dormir: repartidos de a 2, 3 o hasta 6 en una casa, nos acomodamos como pudimos, bajo el mismo techo de las familias de Ochagavía. Y al día siguiente partimos todos juntos a celebrar el 18 chico al Parque O’higgins: ahora sí una fiesta completa, porque estaban presentes los verdaderos protagonistas. No salió en la tele ni en los diarios… ¿qué importa?

Para una panorámica completa del ELA... pasando por los distintos momentos...
VIDEO CIERRE DEL ELA 

Y para asomarse al trabajo de UtpmP en América Latina... algunos videos preparados para el ELA...
VIDEO UTPMP COSTA RICA PARA ELA
VIDEO UTPMP PERÚ PARA ELA 
VIDEO UTPMP BRASIL PARA ELA 
VIDEO UTPMP MEXICO PARA ELA 
VIDEO UTPMP URUGUAY PARA ELA 
VIDEO UTPMP ECUADOR PARA ELA 

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[1] ‘Techo para Educación y Trabajo’, uno de los programas de Un Techo para mi país, que busca promover espacios de participación comunitaria con apoyo de voluntarios, más allá de los proyectos de vivienda.

[2] Asentamientos, decíamos… que es la palabra utilizada en otros países para hablar de los Campamentos (o Tomas, o Fabelas, o Chabolas, o Villas Miseria…)

[3] Pancito amasado recién salido del horno con mantequilla, café, te… y buena conversa.

[4] En Un Techo para mi país la 1ª etapa de trabajo en un asentamiento es la construcción de mediaguas, y la 2ª es la implementación del plan de habilitación social, que incluye las sedes TET mencionadas, y programas de educación, salud, fomento productivo, jurídico, etc. La 3ª etapa, por el momento presente solo en Chile, es la construcción de Viviendas Definitivas (http://www.untechoparachile.cl/?page_id=1856)

lunes, 5 de abril de 2010

Dignos hijos de nuestro pueblo

(Publicado originalmente el 5 de abril de 2010 acá )


Estuve celebrando el fin de semana santa junto a las familias de la Villa El Estero de Lampa y a un grupo de voluntarios de Un Techo para Chile que trabajan permanentemente allá. A diferencia de otros años no llegaron tantos voluntarios, la mayoría se fue a construir al sur, otros tantos se fueron a la playa. Celebramos la Última Cena, el Vía Crucis, celebramos también la Vigilia Pascual… todo ello en las calles y pasajes del campamento… por estos días nos fuimos a alojar allá.

La celebración de la Última Cena incluyó el recuerdo del lavado de los pies de Jesús a sus discípulos. En el texto del Evangelio que escuchamos se agrega una exhortación del mismo Jesús que es una contundente invitación al verdadero servicio: ponerse a los pies de los demás. ¿Quién puede decir que hace realmente esto? Tal vez el mayor testimonio de ello es el de algunos papás y mamás que se desviven y desmueren por sus hijos, anhelando y construyendo un futuro mejor, a veces tan esquivo, pues tantas cosas no dependen de ellos, sino de las autoridades, los dirigentes, los responsables…

Recuerdo que Neruda en La Educación del Cacique del libro IV del Canto General enumera una larga lista de habilidades y pruebas de humanidad por las que Lautaro debió pasar. Menciono sólo algunas: Arrebató el tesoro de las olas. Comió en cada cocina de su pueblo. Aprendió el alfabeto del relámpago. Se hizo cristal de transparencia dura. Estudió para viento huracanado. Se combatió hasta apagar la sangre. Y después de todas ellas, muy distintas de los certificados, diplomados y magísteres que abundan en nuestros días, sentencia Neruda: sólo entonces fue digno de su pueblo.

¿Qué tiene que ocurrir para que quienes nos dirigen sean dignos de hacerlo? Hay algo que me incomoda cuando los dirigentes se atribuyen una vocación de servicio público que los hace estar como a otro nivel del común de los mortales, tal vez ajenos a las críticas, o con demasiada seguridad como para saber qué es lo que el pueblo necesita. Es evidente que muchas veces las dificultades por sacar adelante algún proyecto pasan por dificultades para organizarse, y en ello juega un rol importante el de los dirigentes, ya sea por lucha de egos, ya por agendas ocultas y contradictorias con el bien común, ya porque hay que cumplir las metas plazos, el fin que justifica los medios. Así como hay buenos dirigentes, buenos pastores, también abundan los lobos con piel de oveja.

Estamos en tiempos de urgencias, ya antes del terremoto (2010 sin campamentos), pero ahora con mayor razón (lo que alguna vez fue 2.000 mediaguas para el 2.000, ahora se ha transformado en 20.000 mediaguas para antes que lleguen las lluvias). Ojo con que descuidemos lo permanente, el modo como hemos aprendido a hacer las cosas. Durante este fin de semana he sido testigo de la honda amistad que se ha ido gestando semana a semana entre algunas familias y los voluntarios que por años las visitan ¿Qué cambia con eso? Ni siquiera las viviendas definitivas que queremos construir son definitivas: ya nos lo dijo el terremoto y maremoto. Lo único que permanece para siempre ¿qué es?

Una actitud fundamental: ante todo el reconocernos hermanos, hijos de la misma tierra, y aunque suene a contradicción, mantener en alto la humildad y el deseo de servir, aunque no salga en la tele. Tenemos una gran posibilidad en la reconstrucción, partamos desde abajo, hagámonos dignos hijos de nuestro pueblo.