viernes, 3 de febrero de 2017

Muros y puentes... cuento antiguo (y nuevo)

Me he encontrado, leyendo unas homilías de Basilio Magno, lo siguiente (la traducción al castellano, desde la traducción italiana del original griego, es mía... que me perdone el gran Basilio por algún error):
“¿No ven estos muros que están cayéndose por la obra del tiempo? ¿Y sus restos, similares a un acantilado, que emergen a lo largo de todo el perímetro de la ciudad? ¿Cuántos fueron, en la ciudad, los pobres que, cuando los muros eran levantados, fueron descuidados por los ricos de entonces, todos tomados de esta pasión por los muros? ¿Dónde está el que era envidiado por su magnificencia? ¿No es quizás cierto que, por un lado, las obras se han destruido y han desaparecido, como las elaboradas construcciones que los niños hacen como un juego en la arena, y por el otro lado, esa persona yace en el Hades, arrepentido del celo por aquella vanidad? (...) Los muros, sean pequeños o sean grandes, tienen todos la misma función.” (Homilía VII) 

Grietas en un muro (en Andalucía)

Basilio le habla a los feligreses de Cesarea, Capadocia (lo que hoy es Kayseri, Turquía) más o menos por el año 360 dC. Les está hablando a los ricos, los que tienen más dinero y poder por las razones que sea, para que no caigan en la tentación de dedicar la totalidad de sus esfuerzos a defenderse y cuidar sus propios intereses, sino que ante todo pongan la mirada en los demás habitantes de la ciudad y sus alrededores, especialmente los pobres, los que tienen alguna necesidad, la que sea. A veces puede ocurrir, advierte Basilio, que la avidez, la vanidad, los deseos de grandeza y magnificencia, el apego desordenado a las riquezas, enceguece, y hace ver a todos los demás como potenciales enemigos de los que defenderse. Y tarde o temprano va a llegar la muerte, umbral en el que nos encontraremos cara a cara con Dios, tal como Él nos trajo al mundo.

Esto de los muros es asunto antiguo. Y si antes (y ahora) se construían para proteger casas, pueblos y ciudades, hoy (y también antes) se construyen para evitar los desplazamientos de un país o región a otra. No es solo el muro entre Estados Unidos y México, en boca de todos por estos días en que un nuevo presidente asume por allá, y que mientras tanto ya está bien avanzado. Hay muchos otros lugares donde se construyen (construimos) muros.

Les dejo esta canción de Jorge Drexler que se llama Los Puentes (mire y escuche más abajo el video), dada a conocer justamente por estos días. La poesía, la música, las comunidades organizadas que recitan y cantan y más, pueden darle vida a nuestras ciudades y hacer que brille la luz en lo oscuro.
 

LOS PUENTES
"There is a crack in everything
that's how the light comes in"
ANTHEM Leonard Cohen

Cuando la noche esté,
precisamente,     mas cerrada y más confusa,
que viva todo aquel valiente     que tiende puentes
y el valiente que los cruza.

Brindemos por las clarividentes
mentes abiertas, despiertas, viajeras,
la enredadera humana   que crece, que trepa y que va
agrietando los muros,
dejando que rayo a rayo     a rayo     a rayo
entre la luz en lo oscuro.