domingo, 22 de diciembre de 2019

No temas

(Mt. 1, 18-24)
El ángel, mensajero de parte de Dios, invita a José a confiar que el niño que nacerá de María será fruto del Espíritu Santo para bien de toda la humanidad. Y es que cada nacimiento es oportunidad de un nuevo comienzo.

Hemos vivido en estos últimos meses situaciones de conflicto social y político muy serios en nuestro país, los más graves de las últimas décadas, sin duda. Ya es un hecho el camino hacia una nueva constitución, el que debe confirmarse con un plebiscito en el mes de abril. Se ha avanzado en diversos anuncios que mejoran las pensiones y los sueldos más bajos. El ministro de Hacienda ha utilizado un criterio de justicia a la hora de proponer el reajuste de sueldos del sector público: que los que están peor, estén mejor. En el sector privado hay iniciativas similares: sin que medie cambio de ley, se han mejorado los sueldos más bajos.
La otra cara del estallido social –la fea– es el aumento del desempleo, muchos puestos de trabajo han sido destruidos por los saqueos, los incendios, la violencia y por la contracción económica que esta inestabilidad ha acarreado. Este es  el contexto en que nos aprontamos en este cuarto domingo de adviento a celebrar la Navidad.
En este contexto lo que corresponde es regalarnos volver a lo fundamental. Para ello un buen ejercicio es mirar el pesebre: al niño Jesús que en su fragilidad, rodeado de animales y del calor que sus papás le pueden ofrecer, se transforma en luz de las naciones. Y junto a ello contemplar cómo se realiza todo esto en la persona de Jesús. Un segundo ejercicio puede ser mirar los pesebres de la historia: la vida de las personas en situación de calle (al menos 15 mil en todo Chile, que son los que ha atendido el Hogar de Cristo este año); los niños y adolescentes excluidos del sistema escolar (más de 200 mil); los jóvenes que ni estudian ni trabajan (alrededor de 600 mil); las familias que sufren hacinamiento urbano o viven en campamentos (alrededor de 450 mil), por nombrar algunos de los rostros de la exclusión en nuestras ciudades.
Pongamos la atención sobre el texto del evangelio que proclamamos hoy. “No temas”. Esas son las palabras del ángel a José, que ya urdía un plan para no hacerse cargo de la criatura que venía en camino. “Es fruto del Espíritu Santo”, es el argumento del ángel. La paternidad de cualquier hijo provoca temor. Viene entonces la invitación a participar. Tras el anuncio del ángel, José hace lo que en sueños le ha sido revelado, y lleva a María a su casa. El resto de la historia es bien conocida. Cumplido el tiempo, recibieron a Jesús en un pesebre en Belén. Su cumpleaños lo celebraremos este miércoles.
Las dos caras del anuncio del ángel me parece son mensajes oportunos para el Chile de hoy. Aunque muchos tengan argumentos más que razonables para estar temerosos del futuro, nunca es buen consejero el miedo. Y ante la tentación de la indiferencia, se nos llama en las actuales circunstancias, a participar activamente en la construcción de un Chile más fraterno, más solidario, más justo, donde los que están peor, estén mucho mejor, y transformemos nuestra cultura e instituciones para servir al bien común.
Como en el pedir no hay engaño, al terminar me atrevo a invitarte a considerar lo siguiente: en estos últimos meses, dada la contingencia social y política en la que estamos, se han visto afectadas muchísimas organizaciones de la sociedad civil que sirven a los más pobres. En muchos de esos espacios han caído los aportes y donaciones que hacen posible “parar la olla” día a día. Regálate entonces, en esta Navidad, el hacer un regalo a alguna fundación, ya sea en la forma de voluntariado, ya en la de socio o haciendo una donación por una vez. Tu aporte será muy bien recibido y tendrás el regalo de hacer el bien ayudando a aliviar necesidades que de otro modo no serán atendidas. He sido testigo de cómo algunas familias y empresas han decidido transformar sus celebraciones navideñas o de fin de año en una acción de servicio o en la donación de aportes antes destinados para otras actividades. Algo similar ha ocurrido con los fuegos artificiales en diversas comunas. Todos ganamos en acciones como esta. Si te parece hacer esto en alguno de los programas del Hogar de Cristo, me puedes escribir a jyuraszeck@hogardecristo.cl ¡Y que pasen todos una muy Feliz Navidad!

José Fco. Yuraszeck Krebs, S.J.
Capellán General del Hogar de Cristo

Cita del evangelio: “José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados” (Mt. 1, 18-24).