domingo, 21 de noviembre de 2021

Reinar para servir

 Ojalá que las personas que sean elegidas hoy, sintonicen con lo más profundo de las  enseñanzas y acciones de amor, justicia y liberación de toda forma de opresión, con que Jesús orienta nuestras vidas.

Hoy celebramos, en el último domingo del año litúrgico, la solemnidad de Cristo Rey del Universo. La próxima semana comienza el adviento: un tiempo particular de disposición a la celebración de la Navidad, la oportunidad de un nuevo comienzo. Hoy es también un día crucial para nuestro país: tenemos elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales. La fiesta de Cristo Rey puede iluminar nuestro presente. 

La escena del Evangelio según san Juan que proclamamos hoy es trágica, y se complementa con lo que relatan los evangelios sinópticos: llevado a juicio por blasfemia –afirmar que es Hijo de Dios –, Jesús es interrogado por el gobernador romano, Poncio Pilato. Pedro ya lo ha negado por tercera vez. Jesús se va quedando solo. Al gobernador, como buen funcionario, le interesa despejar algunas dudas relacionadas con lo que está llamado a cuidar: que no se reconozca a otro rey que al César. “¿Eres rey?”. La respuesta de Jesús es desconcertante: explicita la particularidad de su reinado, y que lo principal de su misión es dar testimonio de la verdad. 

Desde la confesión de fe que nos hace reconocer a Jesús como hijo de Dios Padre Creador, brota la conciencia de su señorío sobre todo lo creado, incluidos los seres humanos que formamos parte de la creación. Y sin embargo su reino “no es de este mundo”, no se rige por los criterios meramente humanos que solemos aplicar. No elige lo que le conviene, sino lo que está bien. No juzga según las apariencias, sino que escruta el fondo del corazón. No aplica a rajatabla la ley, sino que antepone a todo precepto el del amor y la misericordia. No busca los primeros puestos ni viene a ser servido, sino a servir. Reina para servir. Quienes nos decimos cristianos debiéramos seguir sus pasos y enseñanzas.

Sabemos cómo termina esta parte de la historia. Pilato se lavó las manos y tuvo miedo de hacer lo correcto por temor al pueblo enardecido por sus líderes. ¿El primer populista de la historia? Al menos el más famoso. Sus acciones y omisiones tuvieron serias consecuencias. Jesús terminó sus días en este mundo crucificado. La experiencia de su resurrección y la del envío del Espíritu Santo sobre sus discípulos encerrados de miedo, posibilitó el anuncio y la vivencia de su Reino que no tiene fin.

¿Qué se juega en estas elecciones? Hay distintos proyectos ideológicos y políticos en pugna. Vayamos a votar con la convicción de que cada uno de ellos busca lo mejor para nuestro país, y votemos en conciencia, reflexivamente, porque de lo que se trata es de continuar en las sendas del desarrollo integral, de todo el ser humano y de todos los seres humanos. En Jesús podemos reconocer a la humanidad entera, y en su reinado recibimos una invitación a humanizar esta nuestra humanidad: ojalá las personas que sean elegidas hoy sintonicen con lo más profundo de sus enseñanzas y acciones de amor, justicia y liberación de toda forma de opresión. ¡Escuchemos su voz!

Fragmento del Evangelio: Pilato le dijo: “¿Entonces, tú, eres rey?” Jesús respondió: “Tú lo dices: Yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz.” (Jn. 18, 33b-37)