domingo, 17 de noviembre de 2024

Perspectivas

Estamos terminando el año litúrgico y, como es habitual en estas fechas, los textos de la Sagrada Escritura tienen un tono apocalíptico, de ubicarnos en perspectiva de los últimos tiempos que aparentemente ya se acercan. Es una invitación a ubicarnos como creaturas finitas, como cuando alguien sabe que le queda - quizás - poco tiempo de vida, ¿qué prioriza?

Hace bien considerar esta perspectiva. Me recuerda una de las propuestas de san Ignacio de Loyola en los Ejercicios Espirituales, para tomar decisiones: cuando estemos entrampados ante una disyuntiva, detengámonos a meditar un momento y hagamos el ejercicio de mirar nuestra vida desde el último instante de ella, y preguntémonos, con la vista hacia el pasado ¿qué me hubiera gustado decidir en ese momento particular? Levantar la mirada al más allá de nuestro presente puede ser una ayuda para destrabar inmovilismos.

Hace algunas semanas fue dado a conocer el libro “1944-2024 80 avances para reducir la pobreza” con motivo de los 80 años del Hogar de Cristo. El libro va, década por década, mostrando distintas facetas de nuestra historia contemporánea, destacando hitos significativos, personajes relevantes, avances institucionales, coyunturas externas que nos han afectado, cruzadas solidarias emprendidas ante calamidades, etc. Ayuda a levantar la cabeza más allá del presente, ubicando la coyuntura en perspectiva y al mismo tiempo señalándonos pistas de por dónde debiéramos seguir en adelante.

¿Y si hiciéramos el Ejercicio sugerido por san Ignacio desde las coyunturas del presente? ¿Y si proyectáramos los siguientes 80 años de Chile? ¿Qué urgencias debiéramos atender colectivamente hoy para mejorar nuestras perspectivas futuras? Me atrevo a enumerar algunas,  Ud. podrá completar la lista desde su propio punto de vista y experiencia.

Urge recuperar el diálogo y la confianza cívica, particularmente entre los políticos de distintos colores, poniendo al centro a las personas y sus necesidades. Aparentemente hay cierto consenso respecto de una reforma al sistema político que contribuya a juntar fuerzas. ¿Qué estamos esperando?

En lo que se refiere a políticas públicas, me parece de suma importancia retomar la buena práctica de la focalización en determinados grupos de la población. ¿Algunos en particular? Primera infancia y su atención total en salas cunas y jardines infantiles. Personas mayores con creciente nivel de dependencia, sufren mucha soledad y abandono, tienen pensiones que no les alcanzan para vivir. Personas en situación de calle y su plena inserción en la sociedad, con programas como vivienda primero. Quienes están expulsados del sistema escolar y se suman desde temprana edad al baile de los que sobran, con pocas perspectivas de futuro, y precaria formación para el trabajo. ¡Si no los atendemos preferencialmente estamos poniendo en grave riesgo nuestro futuro colectivo!

Por otra parte sorprende como ha bajado sustantivamente la natalidad en Chile, estamos envejeciendo a un ritmo muy acelerado. Se hace fundamental promover, de distintas maneras, el cuidado de las familias, tengan la forma que tengan. Son el núcleo fundamental que nos sostiene como personas, que favorece el crecimiento y la formación. Acá hay mucho por hacer.

Si hace 80 años uno de los grandes problemas era la desnutrición y alta mortalidad infantil, hoy uno de los mayores problemas es la obesidad y el sedentarismo, que trae muchísimos males asociados. Si queremos mejorar las perspectivas futuras, debiéramos promover la actividad física y cambiar decididamente nuestros hábitos de vida.

Confío en que sabremos buscar – con la ayuda de Dios - las maneras de atender estas urgencias, antes que sea demasiado tarde. ¡Tengan un buen domingo!