Este domingo proclamamos el relato de “Las Bodas de Caná”. Ante la mirada atenta de María, Jesús convierte el agua en vino, para que pueda seguir la fiesta. ¿Qué necesitamos convertir en nuestro país? ¿Qué está aguando la fiesta?
Conocemos la historia.
Se acaba el vino. María dice a los sirvientes, mirando a su hijo: “¡Hagan lo
que Él les diga!” Jesús, algo a regañadientes por ser importunado por su mamá,
incluso buscando desentenderse (“¿qué tenemos que ver nosotros?”) convierte el agua en vino, y así puede
continuar la fiesta. Los únicos que se dan cuenta del milagro son los
sirvientes, que han llenado de agua las tinajas usadas para la purificación.
Los demás, ni se enteraron. La fiesta pudo seguir. El milagro
realizado es un trabajo conjunto, colectivo, que a veces incluso se puede hacer
a regañadientes.
La figura de María
destaca en este relato por dos razones. Primero, porque ella se da cuenta,
mirando el conjunto, de la necesidad que hay. Está atenta a lo que ocurre a su
alrededor, y advierte un asunto crítico: si se acabó el vino se viene abajo la
fiesta. ¡Eso no puede pasar! Segundo, porque desde ahí propone un paso posible
de atención a esa necesidad, y hace lo que está a su alcance para aliviarla. ¿Qué
es lo que nos falta hoy en nuestro país? ¿Qué está aguando la fiesta?
Durante este mes de
enero estamos siendo invitados a participar del proceso constituyente a través
del mecanismo de Iniciativas populares de norma. Antes de cualquier
consideración particular, el mero hecho de promover la participación es algo
digno de destacar. Aparecen desde distintos grupos, organizaciones y colectivos
de los más diversos, distintos intereses y necesidades, algunos incluso
contrapuestos. ¿Cuál es el más importante de todos? ¿Qué es lo que no puede
faltar? ¡Que los últimos entre nosotros sean los primeros! ¡Que a nadie le
falte la alegría! ¡Que todos encuentren un lugar en la casa común!
Desde el Hogar de
Cristo, junto a la Comunidad de Organizaciones Solidarias y a las
organizaciones que conformamos la alianza Constitución y Pobreza, hemos
presentado dos iniciativas a la Convención Constitucional, que les invito a
considerar para su apoyo y firma. La primera trata de garantizar a todos
quienes vivimos en Chile un estándar mínimo de dignidad, asociada a la
definición del umbral de pobreza. Además, la segunda iniciativa busca reconocer
y valorar el rol de las organizaciones de la Sociedad Civil en colaboración y
complementariedad con el Estado.
Al igual que María que
es capaz de ver el conjunto, miremos nuestro país, los distintos grupos de
personas que lo conformamos. Anhelamos que los que están peor estén mejor, que
a nadie le falte el mínimo de dignidad que se requiere para vivir. Y ello, junto con ser un beneficio para unos, redunda
en un beneficio para todos. La Paz será fruto de la Justicia, un piso firme
sobre el que construir todo lo demás. Aspiramos a contribuir al bien común, a
que las condiciones sociales sean favorables para todas las personas y a que los
frutos de la colaboración alcancen a todas las comunidades y personas. Conoce
estas iniciativas y firma en www.hogardecristo.cl/firma ¡Tengan
un buen domingo!