domingo, 29 de diciembre de 2024

Crecer

             Al comenzar estas letras les deseo hayan pasado una muy feliz Navidad junto a sus familias y seres queridos. Este domingo seguimos dentro de la octava de Navidad, celebrando la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José. El texto del Evangelio nos muestra uno de los misterios gozosos de la vida de Jesús: cuando al cumplir 12 años –hito que marcaba entonces el fin de la niñez– va con sus padres a la acostumbrada peregrinación a Jerusalén, se pierde de ellos, y tres días después lo hallan enseñando en el templo.

Es este un relato lleno de símbolos que prefiguran de alguna manera toda la vida de Jesús que se propone contar el evangelista: atado a sus padres y dependiente de ellos durante la niñez, se sabe amado de su Padre Dios –así nos enseñará a llamarlo– y se dispone a hacer su voluntad. Esto lo llevará algunos años después a dejar su casa, su tierra, su familia, el oficio que aprendió de José, para vivir anunciando y haciendo presente el reino de Dios; los tres días que sus padres lo buscan, pensando tal vez que le ha ocurrido alguna desgracia, anticipan los tres días entre su muerte y resurrección; quienes debieran ser instructores por su calidad de doctores de la ley, son enseñados por quien reconocemos como la mismísima Palabra de Dios hecha carne e historia.

Este acontecimiento es, además, un espejo de lo que toda persona debe hacer para crecer: desprenderse de quienes han sido sus progenitores para asumir con la mayor libertad posible, y considerando lo que le han transmitido y enseñado, cuál es la misión particular que tiene en esta vida. La llamada universal a la santidad, a la unión con Dios creador para participar precisamente de la tarea cocreadora, puede tomar tantas formas como personas somos. Al ir creciendo, vamos eligiendo entre las posibilidades que se nos ofrecen, con los sentidos abiertos a lo que ocurre alrededor en nuestras distintas comunidades de pertenencia, y a las resonancias que ello provoca en nuestro interior.

Esta historia y la vida de Jesús puede llevarnos también a una reflexión sobre el modo como estamos tratando en nuestro país a quienes apenas han llegado al mundo y debiéramos ayudar a crecer. Para empezar, cada vez son menos quienes nacen. Somos el país de la OCDE que ha sufrido el mayor descenso de la tasa de natalidad en los últimos años. Entre que “está muy caro el kilo de guagua”, como le escuché decir a una persona que había decidido no tener hijos, a otras consideraciones ideológicas o de descontento con el mundo actual que llevan a esa misma decisión. Pero entre quienes nacen, hay quienes no tienen la suerte de contar con una familia que –por las razones que sea–  les cuide y crie. Aún no contamos con una institucionalidad que posibilite la existencia de sala cuna universal. Muchos niños sufren violencia, y subsiste una crisis mayor en el sistema de protección (ex Mejor Niñez, ex SENAME). Además, somos testigos del desinterés generalizado por la realidad dolorosa de quienes sufren rezago escolar y a la larga abandonan el sistema. ¿Qué futuro les espera?

Ojalá que en este 2025 que ya comienza dentro de poco –año de elecciones presidenciales y parlamentarias– se puedan discutir con altura de miras los incentivos, políticas e instituciones, que favorezcan que todos en Chile, partiendo por los más pequeños entre nosotros, puedan crecer.

 

Fragmento del evangelio: “Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre” (Lc. 2, 41)

 

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas  2,41-52

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de Él.

Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.

Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo:

Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados”.

Jesús les respondió: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?” Ellos no entendieron lo que les decía.



sábado, 28 de diciembre de 2024

80 avances para reducir la pobreza

Con motivo de los 80 años del Hogar de Cristo, editamos este libro con 80 avances para reducir la pobreza en Chile. Les dejo acá la introducción a la segunda década, que he tenido el privilegio de escribir. Al final, más abajo, pueden ver una nota con la noticia de su lanzamiento, también descargar el libro en pdf o bien encargar el libro físico a domicilio. 

1954-1963: EXPLOSIÓN URBANA, FRAGMENTACIÓN Y AIRES REVOLUCIONARIOS. José Francisco Yuraszeck Krebs, S.J.

El Hogar de Cristo surge, lo indica bien su nombre, con el propósito de ofrecer un lugar para vivir y desarrollarse a las personas más pobres, a quienes el padre Hurtado identificaba místicamente con Cristo “que vaga por las calles”. La segunda década de existencia de la fundación, cuando él ya no está humanamente presente en el mundo – murió en agosto de 1952 – encuentra al país en medio del segundo gobierno de Carlos Ibáñez del Campo. El ex general llegó al poder por segunda vez, usando como símbolo una escoba, para barrer con la corrupción política y de los partidos. Ibáñez asume en 1952, siendo elegido con la participación, por primera vez en elecciones presidenciales, de las mujeres.

La migración desde el campo y desde las salitreras del norte a la ciudad, y el aumento progresivo de la esperanza de vida y la disminución de la mortalidad infantil, que van de la mano de políticas públicas de salud que mejoran las atenciones ofrecidas a toda la población, hacen que Santiago y otras ciudades amplíen aceleradamente su población y territorio, sin el suficiente tiempo para que se logren urbanizar y ofrecer servicios públicos. Con el fin de ofrecer un impulso público a la construcción de viviendas y al mejoramiento urbano se crea la Corporación de la Vivienda (CORVI), con su Plan Nacional de la Vivienda, que incluyó por primera vez programas oficiales de “autoconstrucción y ayuda mutua”.

La fisonomía de los barrios populares de nuestras ciudades hasta el día de hoy está marcada por este tipo de programas, que promovieron la organización y colaboración comunitaria, ampliando las posibilidades de acceder en un tiempo razonable a un espacio propio. Se crean también en estos años algunas empresas públicas: ENAP, CAP, IANSA y el Banco del Estado.

Precisamente donde hoy está el Santuario del Padre Hurtado, se crea en julio de 1958 el Departamento de Obras y Viviendas Populares del Hogar de Cristo, para atender la precariedad habitacional en las llamadas “poblaciones callampa”. Es el caso emblemático de “La Victoria”, que surge en la llamada “Chacra de la Feria”, el 30 de octubre de 1957. Las tomas de terrenos ocurren de noche y convocan a miles de familias: el lema acuñado por algunas de las organizaciones es “trabajar sin transar, sin descansar, hasta la casa conquistar”. En medio de ese panorama, llega a Chile desde Bélgica el jesuita Josse Van der Rest que al poco andar industrializará la construcción de viviendas. Hasta hoy se le reconoce como el “padre de las mediaguas”. Esta iniciativa subsiste en la Fundación Vivienda, integrada desde 2020 con fundación TECHO.

Ibáñez, el “general de la esperanza”, tiene que enfrentar una inflación alta desde 1955. Las medidas para frenarla terminan en huelgas estudiantiles y de trabajadores. En 1957 hubo que lamentar una veintena de muertos en esas protestas.  A la cabeza de la Central Unitaria de Trabajadores y de este movimiento estaba Clotario Blest.

En 1958, asume la presidencia Jorge Alessandri con la consigna de una “gerencia para Chile”. Superar el subdesarrollo requería, en su entender, una buena administración del Estado, al estilo del sector privado. Su gobierno mantuvo el impulso a la construcción de viviendas a través de la CORVI, y avanza en un Plan Habitacional que es conocido por su definición de “Vivienda económica” y por el DFL2. A Alessandri le tocó enfrentar, en mayo de 1960, el más grande terremoto y maremoto del que se tenga registro, con epicentro en Valdivia.

En varias ciudades hay un plan de erradicaciones masivas, que en la Región Metropolitana crea nuevas poblaciones, como la San Gregorio, la José María Caro y Lo Valledor Norte y Sur. La Cámara Chilena de la Construcción, creada en 1951, tiene gran influencia en los ajustes a la política habitacional. Es en este tiempo que se comenzó a hablar de “pobladores”, comienza a articularse de distintas formas el movimiento de “los sin casa”, con apoyos tanto desde los partidos políticos como de la iglesia católica.

Para hacer frente a los movimientos revolucionarios que pretendían expandir la experiencia cubana, Alessandri se hizo parte de la Alianza para el Progreso, promovida por el gobierno de los Estados Unidos de América, que incluía entre otras cosas la modernización de la agricultura, planes de promoción del campesinado, proyectos masivos de construcción de viviendas y programas para eliminar con el analfabetismo (800.000 mil personas no sabían ni leer ni escribir entonces).

Esta fue una década de creciente efervescencia política: en varios partidos hubo desgajes y transformaciones profundas, provocando fragmentación y dificultades serias para llegar a acuerdos en el congreso.

Un hito que vale la pena recordar también es la realización, en 1962, del mundial de Fútbol Masculino de la FIFA, en que la selección chilena sacó un inédito tercer lugar. A la base de esa selección está el “Ballet Azul” que ganó desde 1959 varias veces el campeonato nacional y se enfrentó en 1963 al Santos de Pelé, también con una victoria inédita: la U ganó por 4 goles a 3.  

Mirando en perspectiva estos años, sorprenden algunas similitudes con dinámicas que observamos también hoy, en particular en lo que se refiere al déficit habitacional y al aumento exponencial de los campamentos. Aprendamos de la historia para organizarnos de mejor manera y enfrentar en conjunto los desafíos que tenemos, promoviendo el bien común y en particular de los más pobres entre nosotros.

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domingo, 8 de diciembre de 2024

Peregrinar

         Hoy es el Segundo Domingo de Adviento y también el día en que celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. En este tiempo de preparación al Nacimiento de Jesús, es justo y necesario recordar a su mamá. En la liturgia del día de hoy se nos recuerda precisamente el momento de la anunciación del Ángel a María en Nazaret.

Comienza con ese anuncio, y con la respuesta generosa y libre de María, un peregrinar salvífico en el tiempo que marca un antes y un después en la historia. María irá luego a visitar a su pariente Isabel, también embarazada, y con su esposo José, unos meses después, irán de camino a Belén, donde le llegará el tiempo de dar a luz.

En torno a este día, el 8 de diciembre, cientos de miles de peregrinos emprenderán rumbo hacia distintos santuarios, para recordar a María, a quien reconocemos no solo como madre de Jesús, sino también de toda la Iglesia. Con los más variados motivos, casi tantos como personas, algunos irán para pagar una manda, otros para agradecer por el año que empieza a terminar o por algún favor concedido, otros sencillamente por deporte, aprovechando el cierre de las carreteras: esta fiesta desborda los cauces institucionales de la Iglesia en una expresión de fe popular que se transmite de generación en generación.

Mientras esto ocurre, en Roma, será creado cardenal don Fernando Chomalí, arzobispo de Santiago, junto a otros 20 obispos. Es una buena noticia que en la Iglesia en Chile contemos con el liderazgo convocante y renovado de nuestros pastores. Sin embargo, en sintonía con la propuesta de sinodalidad que ha hecho el papa Francisco, no podemos esperar que la renovación necesaria en la Iglesia venga tan solo de ellos. Cada uno de los bautizados ha de asumir, en su específico ámbito de acción, una responsabilidad en el peregrinar de la comunidad toda.

Me parece esta una buena ocasión para motivarnos, todos quienes en Chile nos decimos creyentes, y en particular a quienes participamos en la Iglesia Católica, a renovar nuestro compromiso de fe. Se acerca la celebración de la Navidad: cuidemos en ella su sentido profundo de conmemorar el nacimiento de Jesús. Ese mismo día comienza el Jubileo del año 2025, convocado para retomar el peregrinar, físico y espiritual. Con la consigna “la esperanza no defrauda” puede ser una ocasión privilegiada para que aquellos que por distintas razones se han alejado de la comunidad, vuelvan.

¿A qué se nos invita durante el jubileo? Tomo algunas notas de la convocatoria: a ser activos constructores de la paz en el mundo, inundado de guerras; a tener una visión de la vida llena de entusiasmo para compartir con los demás; a ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria, quienes están en las cárceles, los enfermos, hacia los migrantes, los jóvenes, los ancianos, los pobres.  Les invito a leer la bula que convoca al jubileo – la encuentran fácilmente buscando en internet - y a dejarse interpelar por sus invitaciones.

Casi al final de la bula el papa Francisco dice, “la esperanza encuentra en la Madre de Dios su testimonio más alto. En ella vemos que la esperanza no es un fútil optimismo, sino un don de gracia en el realismo de la vida”. En este día de fiesta en que tantos peregrinamos hacia María, dejémonos inundar por esa esperanza del que se sabe de camino hacia un futuro cada vez mejor.

 Fragmento del evangelio: “No hay nada imposible para Dios” (Lc. 1, 37)